ESTÁTICA PÉLVICA: ¿MITO O REALIDAD?

Posted on Abr 22, 2014 in Posturología

ESTÁTICA PÉLVICA: ¿MITO O REALIDAD?

Regulación postural y pelvis, consecuencias sobre las vísceras y la estática pélvicas. Philippe Villeneuve: Podólogo. Posturólogo, Osteópata. Caroline Buckinx: Fisioterapeuta, Posturoterapeuta, Perineóloga.

¿Podrían ser de ayuda los tratamientos posturológicos en problemas perineales como la neuralgia del pudendo, incontinencia urinaria de esfuerzo o la inestabilidad vesical?

  1. Observaciones.

Si el tratamiento reeducativo localizado en la esfera urogenital permite una mejora transitoria, puede ser interesante mirar de investigar el conjunto de la regulación postural, la causa del problema puede estar a distancia. Recientemente, Smith et Al. (2008) demostraron que las mujeres afectadas de incontinencia urinaria tienen disminuida la capacidad para estabilizarse en relación a las mujeres continentes, lo mismo observamos con niños con enuresis, que no consiguen estabilizar su pelvis.

Figura 1. Neuroestimulación neural del nervio pudendo izquierdo.

Figura 1. Neuroestimulación neural del nervio pudendo izquierdo.

Para el posturólogo, la estática pélvica y su estabilización son esenciales, ya que condicionarán la estabilidad raquídea y visceral. En el inicio de la marcha, el primer segmento que se estabiliza (1ª semana de marcha) es la pelvis gracias a la contracción previa de los músculos de la pierna (Assaiante C. 2010). Hacia los 30 meses, el niño puede subir una escalera alternando los pies, lo que se dará al mismo tiempo que el control esfinteriano.

Figura 2. Sideración neuromuscular del elevador del ano. 1. Puesta en tensión del elevador del ano derecho. 2. Paciente empuja contra la mano derecha del terapeuta quien parará bruscamente el movimiento.

Figura 2. Sideración neuromuscular del elevador del ano.

 

  1. Puesta en tensión del elevador del ano derecho.
  2. Paciente empuja contra la mano derecha del terapeuta quien parará bruscamente el movimiento.

Sin negar las interacciones entre las otras entradas del sistema postural, en este artículo desarrollaremos la relación entre la base del pie y la pelvis. Las disfunciones del sistema podal, tales como algias plantares (Corbeil 2004) o las dismorfosis podales, pueden perturbar la estabilidad postural (Cote et al. 2005; Tsai et Al. 2006). Éstas últimas comportan rotaciones de los miembros inferiores y de la pelvis (Khamis y Yizhar 2007; Pinto et Al 2008) y así pueden perturbar la estabilidad del suelo pélvico. Una rotación interna de un miembro inferior, a consecuencia de una perturbación podal, comportará reacciones de los músculos pelvitrocantéreos y del suelo pélvico. Estas disfunciones podales pueden mantener algunas patologías pélvicas. Otra relación es neurológica, de hecho numerosos músculos del pie o de la pelvis tienen una inervación común proveniente del plexo sacro (L5-S4). Es bien conocido, por ejemplo, que la neuromodulación del nervio tibial posterior permite el tratamiento de la hiperactividad vesical neurógena (De Sèze 2008). En las algias y disfunciones pélvicas, aunque en el examen clínico postural se explora el conjunto del cuerpo, nosotros insistiremos sobretodo sobre la sensibilización del plexo lumbosacro y, particularmente, sobre los nervios pudendo, obturador y cluneales. Nuestro examen muscular revisará, sobre todo, los músculos elevador del ano, coccígeo y aductores.

2. Tratamiento.

Iniciaremos el tratamiento mediante la terapia manual informacional, la cual consiste en una serie de neuroestimulaciones manuales realizadas sobre el tejido en disfunción (arterial, neural, perióstico, ligamentario, muscular…) con el fin de regular los bucles sensitivomotrices (recuperación postural). Después de haber tratado las disfunciones propioceptivas, será importante buscar las disfunciones podales, aquellas que sean morfológicas (pie valgo orgánico), nociceptivas (espina irritativa de apoyo plantar) y neutralizarlas por medio de las ortesis plantares posturales, las cuales contribuirán por otra parte, gracias a sus microestimulaciones (de 1 a 3 mm de espesor), a modificar de forma permanente el esquema postural de nuestros pacientes.

3. Conclusión

La asociación entre reeducación perineal y tratamientos posturológicos (neutralización de las disfunciones y corrección postural) permite optimizar los resultados terapéuticos.